Desde que tengo uso de razón he sentido un gran interés por la
profundidad de la mente humana, lo que ahora llamamos mente
subconsciente, el mundo de las emociones, el conocer realmente quien
eres y que te mueve. De este modo, siempre había una frase que venía
a la cabeza: la vida debe de ser algo más. No entendía como gente
que aparentemente lo “tenía todo” era infeliz, estaba insatisfecha
con su vida mientras que, otras personas que aparentemente no eran
tan exitoses irradiaban alegría y paz allá donde iban. Desde
entonces, no he parado de hacerme la pregunta ¿cómo? Ahora sabía que
la vida era algo más, ahora quería saber cómo alcanzar ese estado de
plenitud y paz interior.
Mi viaje entró en una dimensión más reflexiva y triste cuando en
2019 tuve que abandonar el deporte de mi vida, el ciclismo, en el
cual competía desde los tres años y perdí mi primera relación de
pareja en cuestión de dos semanas. Aquí empezaron para mí unos
largos meses de profunda tristeza e incomprensión que intentaba
minimizar con distracciones baratas como fiestas y malos hábitos.
Viéndolo en perspectiva, ahora sé que estaba completamente perdido,
sin rumbo alguno, como un barco a la deriva en medio del océano
siendo arrastrado por la marea.
Todo empezó a cambiar durante la cuarentena del covid. En este momento
empecé de nuevo a entrenar y a cuidar lo que comía. Empecé por lo
básico. A esto se le sumaba que dejé malos hábitos y empecé a consumir
contenido de desarrollo personal. Progresivamente empecé a
identificarme con la idea de que yo había venido a este mundo a ser mi
mejor versión y que iba a trabajar en esa dirección, intentando
mejorar un poquito cada día en las diferentes áreas de mi vida.
Durante el proceso he identificado mis fortalezas y sigo trabajando en
mis puntos menos fuertes.
Todo acabó por precipitarse cuando decidí embarcarme en la experiencia
de mudarme de país, Irlanda, al cual vine como au pair con la idea de
aprender el inglés y cuidar a niños con autismo, la experiencia más
enriquecedora de toda mi vida. Rompí barreras, rompí lazos, rompí con
lo preestablecido, con aquello que mi entorno “esperaba de mi” y fruto
de ese camino que había iniciado años atrás, todo se magnificó en un
proceso en el que descubrí verdaderamente quien era y cuál era mi
misión, mi propósito en la vida.
Desde aquel momento, abandoné mi primer año como doctorando para
empezar a darle las herramientas a personas que, como yo, quieren algo
más en su vida, que quieren vivir de verdad, que quieren relaciones,
objetivos, que quieren una historia significativa, sea cual sea su
área y su situación. Así que simplemente, si sientes que hay algo
dentro de ti que te empuja, que te dice que quiere más, aquí empezará
un proceso que lo cambiará todo para ti, un proceso que te hará
recordar, conectar, abrazar quien realmente eres y escribir tu propia
historia.